Hay gente que es introvertida y pone toda la energía para adentro. Y hay gente que es extrovertida y pone toda la energía para afuera. ¿Qué es mejor¿
Nuestra cultura aplaude a los extrovertidos y asume que ellos son conversadores, carismáticos y buenos líderes. Se piensa, en cambio, que la gente introvertida es más callada y la asocian muchas veces con ser antipático y apático.
Sin embargo, hay cuestiones de grados. En un extremo está el introvertido puro y en el otro extremo está el extrovertido puro. Veamos algunos mitos del introvertido:
Eso es mentira. Al introvertido le gusta hablar pero poco. Cuando le interesa el tema habla pero no es tímido porque tímido es aquel que le tiene miedo al rechazo. El introvertido no le tiene miedo al rechazo, habla pero poco porque le tiene que interesar lo que se habla para que suelte palabra. Es una persona con un gran mundo interior. Por eso, cuando habla con los demás, lo hace sobre temas profundos. Así que no es cierto que el introvertido no hable. En realidad, habla poco y ese poco tiene que ver con aquello que es de su interés.
No es que no le guste la gente sino que le gusta en dosis pequeñas, de a poco. Al introvertido no le gusta estar con grandes multitudes, no disfruta de eso. La razón es que no suele ir con la manada, no hace lo que hace todo el mundo, sino que es muy selectivo a la hora de escoger su compañía. Le gusta estar con pocas personas a la vez.
En realidad, toda la energía, en lugar de sacarla para afuera, la mete para adentro. Le gusta leer, pensar, analizar. El introvertido acostumbra meterse para adentro y sentir. Por esa razón, es alguien muy sensitivo, muy emocional. Le gusta corregir sus errores y superarse a sí mismo porque tienen una rica vida interior.
¿Te considerás introvertido?
La mayoría de los introvertidos hacen pocas cosas pero las hacen con excelencia. Hacen poco pero exacto, justo y productivo. Su introspección les permite descubrir la clave del éxito, en el ámbito en el que se mueven, y dar justo en el blanco.
¿Sos extrovertido?
El extrovertido suele hablar mucho porque disfruta exteriorizar lo que piensa. El extrovertido es rápido, a diferencia del introvertido que es lento. El extrovertido, antes de llegar a la meta, llega a la conclusión.
Se hizo una investigación y se puso un gusano en un vaso con agua; el gusano nadó y disfrutó del agua. Luego pusieron el mismo gusano en un vaso con whisky; el gusano se murió. Entonces el profesor preguntó cuál era la conclusión. Uno de los alumnos levantó la mano y dijo: “Si tomo whisky, nunca tendré gusanos en el estómago”… una conclusión equivocada.
El extrovertido saca conclusiones rápidamente porque es arriesgado. No piensa demasiado porque le gusta hacer. En cambio, el introvertido disfruta de pensar y analizar. Al extrovertido no le gusta pensar las cosas demasiado y prefiere mandarse directamente, lo cual en ocasiones puede resultar peligroso.
Todos los seres humanos tenemos la capacidad de ser introvertidos y extrovertidos. Hay momentos en los que uno tiene que hacer poco y hay momentos en los que uno tiene que hacer mucho. A veces, hay que hacer ciertas cosas solo, sin ayuda; y a veces, hay que hacer ciertas cosas en equipo. Todos necesitamos pensar y analizar; pero también salir del barco y empezar a caminar.
Si tenés alguna inquietud, podés escribirme a Bernardoresponde@gmail.com