Los gimnasios colapsan, las “dietas milagrosas” (con las que no estoy para nada de acuerdo) son u factor común sobretodo en las mujeres, y a la hora de elgir nuestro menú diario la palraba “ensalada” empieza a resonar por nuestra cabeza haciendo eco de manera constante.

Generalmente suelen darse dos situaciones en la vida cotidiana. La primera situación y de crisis con uno mismo, es cuando vamos a comer afuera y la tentación está al alcance de la mano. El mozo se acerca y nos pregunta: “¿Qué van a comer?”, a lo que respondemos sin pensarlo dos veces “Una ensaladita, me estoy cuidando, gracias”.

Acto seguido sonreímos amablemente pensando en el plato de ravioles que nos podríamos haber pedido… pero como dice mi madre “¡el que quiere celeste que le cueste!”. Transcurridos unos minutos llega el buen hombre con nuestro abybdabte plato de ensalada con hojas verdes que s eencuentran florando sin chaleco salvavidas en una vinagreta de aceite, condimentos y otros inredientes extras (pollo frito, quesos, frutos secos a rolete, etc.) ¡Que lo único que hacen es transformar algo que debía ser livianito en una BOMBA de calorías!

Sin embargo, nosotras comemos ese plato pensando que es algo light, totalmente libre de culpas y no nos damos cuenta de que tal vez el plato de ravioles que resignamos termina siendo más saludable y menos calórico. Y no se acaba ahí, sino que además y como ya nos cuidamos mucho con la ensaladita, decidimos darnos un “permitido” pidiendo un postrecito.

¡TRANQUILAS, A TODAS NOS PASA. NO ESTÁN SOLAS!

Puede ocurrir, también, la situación opuesta, y que estando en nuestras casa decidamos comer nevamente “una ensaladita”. Nos ubicamos en la cocina, desplegamos nuestro talento culinario y terminamos comiendo tres hojas de lechuga, con media rebanada de tomate y, si tenemos energía, puede ser que lleguemos a rayar media zanahoria. Transcurridos treinta minutos camos a uerer comernos a quien se nos cruce por delante sin tener piedad.

CONCLUSION: TODOS LOS EXTREMOS SON MALOS

Pero que no cunda el pánico porque en la próxima nota vamos a pasarte unos “tips” para que tengas presente a la hora de elegir y/o hacer una ensalada que sea completa. Es decir con los  nutrientes necesarios para no quedarse con hambre ni transformarla en algo hipercalórico.

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